Ante el desarrollo artístico, el régimen estalinista tenía dispuestos otros planes. A partir de 1930, se inicia la devastación que sigue tres líneas de ataque: el control burocrático, la necesidad de que todas las películas tenían que seguir la línea artística del momento y las recetas artísticas, únicas e infalibles, formuladas desde el Kremlin. El realismo socialista con sus ensueños quinquenales y sus villanos que pensaban en inglés, estaba en marcha. En los años de los procesos en Moscú y de la segunda Guerra Mundial se intensificarían los rigores ideológicos: se desenmascaró a los 2avezados e inescrupulosos espías, agentes trotskistas y bujarinistas y esbirros del fascismo japonés y alemán que llevaron a cabo su obra destructora en el cine soviético".
