Según Monsiváis poco o nada se conoce de las prácticas homosexuales en las regiones, en especial en el sector rural donde tardan en filtrarse, y de manera confusa los nuevos dispositivos de la vida gay. En las rancherías, los pueblos, las ciudades pequeñas o medianas, o incluso de más de un millón de habitantes un sector considerable de gays y lesbianas no están al tanto de los cambios en materia de política sexual, y lo está de modo vago o tenebroso
