“La voz de Donna Summer repite y moldea y ciñe la frase y la reviste del más sano erotismo para las mayorías y-sustentada en la batería y transfigurada por el sintetizador- la Summer confirma lo intuido: su triunfo se convirtió en la llegada de la sofisticación a las discotheques, sin pérdida de vitalidad por supuesto”.