“En las calles céntricas, el acordeón es presagio benévolo de la onda grupera, el conjunto de cuerdas desafina para acompañar a los paseantes en su viaje desafinado por la vida, las trompetas delatan a la ceremonia cívica, el estrépito que conmociona el alma es la recompensa de los instrumentos y los intérpretes vencidos”