Documento
Adjuntos
-
MX-SC-DGB-BP-MC-HA0006-A
-
MX-SC-DGB-BP-MC-HA0006-B
Monsiteca articulada
Título del artículo
"Ten piedad de nuestro amor" y ponle música
Nombre de la revista
Año de inicio
2003
Editorial
Secretaría de Cultura, Gobierno del Distrito Federal, Consejo de Crónica de la Ciudad de México, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, UNAM
Periodicidad
trimestral
Año de publicación
2006
Nombre del autor o autora
Página de inicio
82
Número de revista
11
Contenido temático
“La Ciudad de México conoció de zonas dedicadas al amor: Los parques, los cines de tres películas por un peso, los callejones, los autos estacionados al amparo de la oscuridad que no suele darse al mediodía, los hoteles de paso (que no solamente asilan a los lúbricos, sino también a los amorosos), los camiones de segunda (ante la incomodidad de los que preferirían oír chismes de gente que no conocen), los dancings (“¿Vienen a bailar o vienen a cachondearse? Porque si vienen a cachondearse, háganlo con ritmo”) las excursiones a la Marquesa, la salida para ir a comprar el pan (tan clásica que es ya de película de 1943), los conciertos de música popular (¡Ya párenle al faje que no dejan oír!”), los bancos de la Alameda..
“Aunque no lo crea, o todavía más terriblemente, aunque ahora nadie lo sospeche, hubo un tiempo donde se extremaban las precauciones contra el desahogo amoroso, bajo la forma de chaperonas (No dejes que la niña vaya sola. / Pero si tiene 30 años cumplidos. / Razón de más.”), de policías que representaban con la dignidad previsible a la moral y las buenas costumbres, de encargados de los cines que alumbraban a las parejas entregadas al intercambio de fluidos (“¡Déjense eso!”, de sacerdotes en las funciones parroquiales que tapaban con la mano el proyector de cine cuando en la película una pareja se besaba… ¡Ah! Deseoso es aquel que huye de los representantes de sus padres.
Con todo, el amor perseveró hasta la imposición el 14 de febrero, cuando se convirtió en la obligación de la pareja ideal al menos un día al año.
¿De cuántos modos se diversifica el amor en la cultura popular? Entre sus variantes se hallan el romance o la novela de pasiones tempestuosas y de final feliz, muy destacadamente la novela rosa: Corín Tellado, Caridad Bravo Adams, Catalina d´Erzell, y en Inglaterra, Barbara Cartland; la telenovela, variante del melodrama carente de ambiciones de tragedia; la poesía expropiada por los memoriosos, de Rubén Darío y Manuel Gutiérrez Nájera a Pablo Neruda y Jaime Sabines; el cine que es el impulso máximo de los estilos de hacer y padecer el amor, y la música popular, ese ofrecimiento tan aceptado de museos del recuerdo íntimo (cad cabeza es un nicho).