“Son las Jovencitas, ese producto cumplido y final de la sociedad de masas en México, el resultado más conspicuo y-socialmente- menos visible de una explosión demográfica que, al multiplicar el desempleo y la fragmentación de las antiguas identidades, acrecenta las sumisiones hogareñas, insiste en no ver destino concebible para la mujer y, en el mejor de los casos, le exige que modernice su resignación”. “En la medida en que su cuerpo es toda la expresión de que disponen, las jovencitas se sienten y se saben intercambiables, no sicología sino biología”.
